La unidad del patrimonio familiar, característica de la mentalidad pirenaica

Fragmentos de la conferencia ofrecida por Jacques Poumarède, en el marco de las I Jornadas de Derecho Privado Vasco celebradas en 1993 en Donostia, titulada: “Algunos elementos de derecho privado nordpirenaico”:

 

“De la organización social de las poblaciones pirenaicas desde la antigüedad hasta la Edad Media, poco sabemos. Respecto al vertiente norte, solo fue a partir del siglo XII cuando se pudo destacar los contornos de un modo de vida original, adaptado al medio montañés; aquél se basaba en una economía que asociaba una agricultura de subsistencia con actividades silvipastorales extensivas. Durante los últimos siglos de la Edad Media, ese tipo de economía modelo una organización social específica cuyas características principales vuelven a encontrarse por todos los Pirineos desde Cataluña hasta el País Vasco. Esta organización estribaba en dos círculos concéntricos: el grupo doméstico y la comunidad de vecinos.

La estructura elemental la constituía el grupo doméstico consanguíneo que se identificaba fuertemente con una casa. En todas partes bajo los nombres de casa o cal en Cataluña, ostal en Bigorre o Bearne, etxe o caserío en el País Vasco, se encuentra la misma unidad doméstica que asociaba estrechamente a un grupo familiar con un patrimonio. La «maison» no sólo era un refugio, el lugar donde «se hacía fuego y se comía pan», según la formula que se encuentra a menudo en los documentos, sino que era también el conjunto de los medios de producción, las tierras cultivadas, el ganado que aseguraba la subsistencia diaria.

La casa reunía al grupo humano resguardándole en una continuidad pluri-secular. La casa transfería notablemente al grupo su personalidad e incluso su nombre. En el País Vasco del Norte, aun se suele designar a una familia no por su patronimo sino por el nombre de la casa donde vive.

 

El apego a la casa era una característica fundamental de las mentalidades de las poblaciones pirenaicas lo cual suscitaba un imperativo absoluto: el mantener la unidad del patrimonio familiar, evitar su parcelamiento y división. En un medio difícil, de escasos recursos, esta necesidad era en primer lugar, de orden económico. En materia de derecho sucesoral había determinado costumbres originales: la más importante y más conocida era el derecho de primagenitura: el traspaso de la totalidad de los propios familiares a un único heredero. Este derecho de primagenitura se practicaba de dos maneras. En los Pirineos Centrales y el País Vasco del Norte, fue la costumbre la que designaba al primer nacido, el «prirn», o «prirnus genitus». En Cataluña, así como en el País Vasco del Sur, el heredero único era escogido e instituido por el padre en un testamento o un contrato de matrimonio con el acuerdo de la familia.

Para preservar la unidad de cada generación, se reservaban todos los poderes domésticos a aquel heredero designado como dueño de casa (cap d’ostal en Bearne – etxecojaun en el País Vasco). El derecho de primagenitura era una parte esencial del ecosistema pirenaico.

Frédérique Le Play, uno de los fundadores de la sociología en Francia, fue uno de los primeros en interesarse por ese tipo de estructura familiar; para distinguirla de otras formas tradicionales de organización social elemental como el matrimonio o la «Joint family» le dio el nombre de «famille-souche» (familia-raíz).

El otro nivel de organización social era la comunidad aldeana. Las casas se reunían en una red compleja de relaciones, intercambios y alianzas, que formaba la comunidad de los vecinos o vecindad (vecinitas), en béarnes «besiau». Estas comunidades corresponden ciertamente con formas de poblaciones mas o menos agrupadas, siendo unas probablemente muy antiguas. Otras, las constituyeron en épocas más recientes, con motivo de roturación o colonización.

Estas comunidades fueron dotadas de instituciones propias en diferentes épocas: órganos representativos llamados «Jurades» o «Consulats», e incluso deliberativos bajo la forma de asambleas de parroquia. Esta institucionalización fue particularmente desarrollada por la parte occidental de la cordillera, desde la Bigorre hasta el País Vasco. A partir del siglo XIII, gracias a documentos de archivo se puede comprobar, la existencia de órganos políticos encargados de representar los intereses colectivos de todas las comunidades de un valle. Es por ejemplo: «L’universitat de la terra de Ossau» en Bearne, el «Silviet» de Soule o el «Biltzar» de Lapurdi, el equivalente de las Juntas de Vizcaya o Guipúzcoa. Estas instituciones son muy conocidas y no insistiré sobre ese punto ya que no es mi tema. Solo diré a riesgo de decepcionar a algunos, que no creo mucho en la imagen idílica y un poco romántica que a veces se ha hecho a propósito de esas comunidades montañesas. Ni siquiera en el País Vasco como tampoco en otra parte, por lo menos respecto al vertiente norte, se pueden ver «pequeñas repúblicas fieles e independientes». Los valles de Bearne o del País Vasco no se libraron del dominio de las potencias feudales, del vizconde de Bearne, el duque de Aquitania, o el rey de Francia y más tarde en la época moderna, el peso de la centralización monárquica no dejó de crecer. Las poblaciones nunca dejaron de protestar en nombre de sus franquicias y libertades, contra la usurpación de la administración real. Pero por la parte francesa, el fuerismo no tuvo la misma fuerza que por la parte española. Los Vascos de Lapurdi o Baja-Navarra, nunca supieron oponerse a la aplicación de Ordenanzas reales, como los de Vizcaya que se beneficiaron con el derecho de pase foral, estudiado por mi amigo, el profesor Ricardo Gómez Ricardo.”

 

(…)

 

“Si no pueden resucitar su derecho, los Vascos franceses deben de poder mantener su identidad cultural que sigue fuerte y viva. Se puede esperarlo. Hace unos días apenas, la Asamblea Nacional francesa admitió oficialmente la existencia del «peuple corse, composante du peuple français» (pueblo corso, componente del pueblo francés). Tras dos siglos de centralización jacobina, resulta ser un acto de alcance simbólico grande. ¿Se lanzará Francia en la vía trazada por España, y admitir pues que ella también es «une Nation de Nations»?”

 

No comments yet.

Deja un comentario

cuatro × dos =

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies